Detalle


Graciela Chávez

     

Finalmente esas fotos llegaron a sus manos, su madre las había guardado celosamente por muchos años creyéndolas valiosas. Esa fiesta de quince había sido para Mariana algo indeseado, se sintió obligada a ser parte porque estaba en el deseo y mandato de los mayores. Esas fotos guardaban los complejos de una adolescente sin autoestima  e imágenes  de  personas ajenas a sus sentimientos. También de algunos  que contribuyeron a  dejar marcas  dolorosas en su memoria de niña.  Casi como en un exorcismo tomó las fotos y una a una cortó de ellas su rostro.  Sólo conservó la foto donde estaba con sus padres y hermanos y en ella pegó cada uno de los recortes, quedó como un collage. Su rostro lo  veía bello, no como entonces.  Sintió un alivio que le recorrió todo el cuerpo. Al final Mariana sólo precisaba eso para ser feliz a sus quince años, una familia que la amara como era, que la hiciera sentir valiosa, especial, segura. Afortunadamente  logró sentirse así pero le llevo mucho tiempo de su vida.  Guardó su collage, tiró el resto allí donde la memoria no llega. Continuó con su día,  serena,  satisfecha,  había reparado un detalle  más en el precioso lienzo de su vida.

Comentarios

  1. No puedo decir...fantástico sino "real" texto literario. Cuanto realismo, plasmado con palabras...¡ cuanta magia !. Se me cayo un lagrimon...y cuando sucede esto ....IMPECABLE su aporte literario.

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