Cavilaciones nocturnas


María Rosa Caballero 


Una foto trasnochada de dos niños dormidos plácidamente en mitad de la noche, conmueve su desvelo al igual que entonces. Son sus hijos.
No siempre en la infancia se alcanza esa plácida inocencia, a veces ésta, disimula tremendas pesadillas que presagian futuros inciertos o escalofriante pesares.
La foto paraliza el tiempo y le permite volver a vivir aquel instante capturado para siempre. Tal su paradojal relatividad.
Sí, los niños duermen y su vientre se mueve, se deforma, una patita lo estira, la otra lo encoge. Se contrae toda. Late la vida en su interior, mientras su corazón golpea con furia y la oprime. El corazón está en el estómago o el estomago en el corazón? Siente náuseas. 
Los niños duermen con inocente placidez frente a su largo desvelo.
El no está , ella lo busca. Los otros ojos son pequeños,  se juntan en el entrecejo en una expresión maligna , de mirada torcida  al igual que la mueca de su boca. Ella lo busca pero... él, dónde está?
Es frágil, insegura, ¿inocente? La vida se detiene en una visión onírica. Sus ojos almendrados se abisman. Por qué lo espera? Quizá porque se nutrió de la magia del "había una vez...". 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Cinco poemas para conocer Jujuy a través de la poesía de Germán Walter "el Churqui" Choquevilca

microrrelatos de César Antonio Alurralde