espera
Desde niña, ella soñaba con tener una familia, tener hijos y mimarlos en su cuna. Fue una excelente alumna de la escuela primaria. Hasta fue escolta. En la secundaria, también se destacó. Luego se recibió de efectivo policial. Se enamoró y empezó a vivir la otra parte de sus sueños.
Pasó el tiempo y algo raro le pasaba. Fue al doctor, pero no le encontraban nada extraño. Pero ella, no podía tener hijos. Pasaron varios años intentándolo. Fueron a especialistas, y cada vez la preocupación se tornaba más tormentosa.
Finalmente, la relación se volvió tóxica y se alejaron. Ella siguió su trabajo, pero por dentro lloraba por aquello que tanto deseaba.
Un día me la crucé y le pregunté cómo se encontraba. A todo esto, yo desconocía todo aquello. Es que ella por fuera era una roca y feliz.
Me contó todo lo que les conté. Me dolió hasta lo más profundo y decidimos mirar al cielo, como mi vieja me había enseñado y le pedimos a Dios que algo pasara.
Por nuestros trabajos, nos volvimos a alejar y ella volvió con su ex pareja. Y ¿saben qué? Al año, ella estaba dando a luz.
Lo había publicado en Facebook, en los vecinos y en su rostro. Me la crucé y su sonrisa provenía de afuera y de muy adentro.
En la vida a veces hay que saber esperar. Aunque la espera, desespere. Quizás no todo lo que pidamos, llegue. Pero no siempre, es el final, lo que hoy estamos atravesando.
JUAN QUISPE
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Fotografía de Roberto Di Mitri |
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